Los motores no pueden funcionar sin aire. Pero además, necesitan aire limpio y libre de impurezas que puedan ocasionar una avería. De ahí, que los filtros de aire sean imprescindibles.

El sistema de admisión de aire se encarga de introducir en el interior del motor la cantidad suficiente del mismo, para que la combustión sea idónea y el rendimiento del motor sea el correcto. Para que un motor funcione y se pueda producir la combustión interna, necesita aire y combustible que deben ser también filtrados de impurezas.

El aire debe ser filtrado porque la suciedad puede deteriorar o provocar daños en el motor, ya que, las piezas llevan unos ajustes muy pequeños. Para ello se incorporan diferentes tipos de filtros de aire según modelo y marca de vehículo.

Fueron uno de los primeros filtros de aire que comenzaron a montar. En la actualidad se siguen fabricando filtros de aire de celulosa o papel porque resultan más baratos, fáciles de fabricar y se pueden reciclar. En este tipo de filtro de papel, se emplea la pulpa de la madera al ser ésta un material con un alto grado de porosidad, cuyo peso está entre 100 y 200 g/m2 y llevan unos pliegues con forma de acordeón para aumentar la superficie de filtrado.

Este tipo de filtros están compuestos de varias capas de algodón prensado y sujeto con una malla metálica o de material plástico, que le da la rigidez suficiente.

Estas gasas de algodón están tratadas con aceites para que las partículas de polvo e impurezas se queden impregnadas y el aire pase lo más puro posible, sin disminuir el flujo de aire que pasa al interior de los cilindros.

Una de las ventajas que tiene este tipo de filtro es que las gasas de algodón se pueden lavar y volver a impregnar con aceite, pudiendo ser utilizado de nuevo, y solo será necesario sustituirlo cuando ya sea imposible su limpieza.

Son filtros similares a los de algodón, pero a diferencia de éstos, están formados por espuma de poliuretano que sustituye la gasa de algodón. Se montan sobre todo en el mundo de la competición, en vehículos todoterreno, etc. Tienen una gran capacidad de filtrado, se pueden lavar y su uso puede ser infinito, si se cuida correctamente.

Son filtros compuestos por un material de muy alta porosidad, similares a los filtros de algodón, teniendo la característica de ser muy eficaces al tener un gran poder filtrante y su capacidad de mejorar el caudal de aire que pasa al interior del motor.

Al mejorar la capacidad de entrada de aire, también mejora las prestaciones y sobre todo el sonido si además se acompaña con una reprogramación de la electrónica del motor.

Es un filtro que está fabricado solamente por una malla metálica extremadamente fina, similar a los filtros que pueden montar las campanas extractoras de una cocina, siendo filtros que tienen una vida útil infinita. Este tipo de filtros se utilizan en preparación de motores en los que apenas hay espacio, utilizándose mallas con diferentes porosidades.

El sistema está constituido por un recipiente, un filtro que puede ser de espuma y una malla. El aire pasa por un conducto en forma de U donde se van depositando las impurezas más gruesas, cayendo éstas al recipiente inferior donde se encuentra el aceite. Este tipo de filtros están en desuso y se utilizaban sobre todo en vehículos agrícolas como tractores.

Es el filtro que montan habitualmente todos los vehículos nuevos en la actualidad.

Son filtros utilizados en vehículos de carburación y vehículos clásicos. Son redondos y en función del vehículo pueden estar encerrados en una malla metálica exterior. encerrado el filtro en una malla metálica exterior o sin ésta.

El mantenimiento de un vehículo incluye la sustitución del filtro de aire cuando recomiende el fabricante, existiendo de diferentes formas y tamaños en función del tipo motor del vehículo y del espacio para su ubicación en el hueco o vano motor.