¿A quién no le va a gustar un buen asesinato a la antigua? Los amantes del género de las series de detectives somos muy afortunados. Nunca nos han faltado casos ni misterios que resolver, ya que las series procedimentales (con casos que se plantean y resuelven en el mismo episodio) siempre han estado a nuestro alcance. Es más, el género se ha explotado tantísimo desde el inicio de la televisión, que ha evolucionado para ofrecer siempre un toque diferente.

Desde los granulados y ochenteros Se ha escrito un crimen y Colombo, hay detectives de lo paranormal (Expediente X, Lucifer, Sobrenatural), con peculiaridades psicológicas (Monk), con poderes de adivinación reales (Medium) o ficticios (El Mentalista, Psych)… Hay detectives asesores con todo tipo de profesiones, como escritores (Castle), neuropsiquiatras (Perception) e incluso médicos forenses inmortales (Forever).

Entre tanta saturación de series, hoy me gustaría recordar ese género especial que son los detectives vintage. Me refiero a esos detectives anacrónicos, que nos transportan a otras épocas donde las tecnologías o pruebas forenses no tenían tanta importancia como la inteligencia, intuición o valentía de nuestro protagonista.

Se ambientan normalmente en Gran Bretaña (o en países de la Commonwealth como veremos), en la city de Londres o en pueblecitos bucólicos de la campiña inglesa. Normalmente ambientados en distintas décadas de los Siglos XIX y XX, nos deleitan con su escenografía recreada al detalle, el vestuario impecable, las localizaciones preciosistas, verdes y frescas, sus guiones depurados, actuaciones magistrales y un estilo tranquilo y elegante. No nos queda más que degustar el crimen como un reconfortante té, sentados en el sillón al calor del hogar mientras fuera cae la tormenta.

Si en estos tiempos convulsos necesitáis este momento zen, aquí van mis recomendaciones de las mejores series de detectives vintage.

¿Quién no conoce a Hércules Poirot? Protagonista de las recientes adaptaciones de Kenneth Branagh Asesinato en el Orient Express (2017) y Muerte en el Nilo (2022), el sagaz detective belga nació en las novelas de Agatha Christie. La serie se estrenó en 1989 y continuó hasta 2013 con el mismo elenco principal. David Suchet nos brinda el papel de su vida, transcendiendo las novelas para dotar de verdadera alma al personaje. Otra de las creaciones de la autora es la perspicaz Miss Marple, una adorable ancianita de pueblo cuyo hobby es resolver los más atroces crímenes.

Como podéis imaginar, ambas series tienen la factura de la BBC, y por sus capítulos han pasado grandes estrellas británicas cuando aún no lo eran: Jude Law, Benedict Cumberbatch y Michael Fassbender entre otros. No os dejéis engañar por los amables modales, el sublime humor inglés y los ambientes elegantes de principios del Siglo XX: la maldad se oculta tras una afectada sonrisa.

Sé lo que estáis pensando. ¿Quién no conoce la brutal serie Sherlock (BBC) de 2010 con Benedict Cumberbatch y Martin Freeman? ¿O la más alternativa versión Elementary? ¿O la serie de películas de Robert Downey Jr? ¿O…?

Lo sé, hay miles de adaptaciones de nuestro amado detective. Esta vez, hablaré de la serie de 1984 protagonizada por Jeremy Brett. La historia se sitúa en el periodo histórico que describe la novela, y el guión es muy fiel a los libros. Quizá por esta razón, nos pueden parecer misterios sencillos comparados con los que se ven ahora en otras series, pero así los escribió Conan Doyle. Las actuaciones, aunque a veces caricaturescas, nos hacen disfrutar el capítulo como lo que es, una aventura sin pretensiones. Destaco el carisma del protagonista y su taimada vis cómica.

Mucho más moderna que las anteriores, esta serie de la BBC de 2013 narra las vicisitudes de un modesto párroco rural de principios de los años 50, que tiene que lidiar con los numerosos asesinatos que ocurren en su congregación. Lo interpreta Mark Williams (querido Señor Weasley), que se rodea de un variopinto grupo de ayudantes entre los que están una Lady, una beata y un rebelde motero, representando el choque cultural de la época. ¿Lograrán hacer frente a tales pecadores?

Esta es la única serie de toda la lista que se podría considerar drama. Mientras el resto de producciones de esta lista te dejan con buen sabor de boca, son tranquilas y nada violentas, esta es un poco más oscura. Estrenada en 2012, está ambientada en Londres tras la Segunda Guerra Mundial.

Nuestras cuatro mujeres protagonistas trabajaban en Bletchley Park durante la guerra descifrando códigos alemanes y tras el fin de la guerra, se ven relegadas a volver a sus hogares a hacer de amas de casa. Sin embargo, todo cambia cuando una serie de asesinatos asola Londres y la policía no hace nada para resolverlos. Así que nuestras heroínas se enfrentan a los prejuicios sociales para atrapar al asesino.

Y hablando de mujeres fuertes, os presento a la Honorable Miss Fisher. Mujer moderna de los años 20 del siglo pasado, es una acomodada y glamurosa detective de Melbourne que desafía los estereotipos. Luciendo sus flamantes y provocativos modelitos, fumando y conduciendo coches e incluso aviones, se mueve por todos los estamentos de la sociedad para resolver crímenes. Todo esto aliñado con su movida vida amorosa.

Las últimas décadas del siglo XIX y principios del XX fueron la época de esplendor de los nuevos avances tecnológicos, científicos y sociales: la electricidad, los automóviles, la radio, el teléfono, las huellas dactilares, el feminismo… ¿Y si pudiéramos revivir la aparición de estos nuevos inventos en la sociedad de Toronto a la vez que disfrutamos de un buen homicidio? Gracias al detective Murdoch, es posible…

Nuestro detective es además un gran inventor que, aplicando el método científico y los nuevos avances criminalísticos y psicológicos (perfiles) desenmascara hasta a los más taimados asesinos. Cuenta con la ayuda de una forense muy pizpireta y feminista, su ayudante que podríamos considerar precursor de los frikis actuales y su jefe chapado a la antigua, que nos recordará a nuestros abuelos. Una serie muy disfrutable y que llega a niveles de profundidad poco comunes en este género. Te hace plantear cuánto hemos cambiado y cuánto nos queda todavía por cambiar.

Aunque esta serie no está ambientada en épocas pasadas, tiene un cierto aire antiguo, está hecha “a la vieja usanza” con guiones más elaborados, más atención al detalle y preciosismo.

Esto se puede apreciar desde la entradilla de la serie, y cuenta con una ambientación, música y actuaciones deliciosas, sobre todo por parte de Steve Martin y Martin Short. En un antiguo edificio de Nueva York aparece un joven asesinado y tres de sus vecinos, aficionados a los podcasts de crímenes, empiezan a investigar quién de sus residentes es el asesino. Pese a transcurrir en la actualidad, me da vibraciones setenteras muy reconfortantes.

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